"Dentro de los hábitos cotidianos del cartagenero no puede faltar el arroz de coco con titoté. Al momento de hacerlo y trocar la primera leche en aceite, brota del fondo de ese caldero un olor incitante, tan contagioso y volandero que cuando la ciudad era más íntima, más estrecha en su mundo de relaciones, salía jubiloso por ventanas y celosías coloniales. Los vecinos sabían así que el amigo cercano estaba preparando el célebre arroz con coco, vianda de las noches, amiga de los plátanos maduros al horno y la carne punta de nalga. Alguien llamó a esta asociación manducaria “las tres potencias”. A veces se cambia la carne por la lengua guisada con panela o con clavos de olor, otro regalo de los dioses."
Palabras junto al Fogón Selección de golosos textos culinarios y antología de viandas olvidadas. Lácydes Moreno Blanco