
Un día más, es un día menos...
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Un día más, es un día menos...
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Cuando me dicen verano, no puedo evitar pensar en Colombia y las zonas de tierra caliente como el litoral Caribe y Pacífico, será que ahora por estar en el Sur y el frío (que ha sido más bien suave); cierro los ojos y si me dicen verano o algo asociado al calor, lo primero que se me viene a la mente es mi tierra y alguna de sus zonas cálidas para este caso de sus costas (o quizás es porque definitivamente la tierra jala...).
Ya casi es media noche, camino por el parqueadero subterráneo y me dirijo hacía la casa de mis padres... es una noche fría de fin de semana de marzo, salgo del sótano y subo cada escalón que dibuja en lo alto un cielo despejado y lleno de estrellas. El frío es penetrante, respiro profundo y siento ese aire fresco que tulle tan solo un poco las extremidades. La humedad se siente en el ambiente, el césped y las hojas de cada planta, que a mi paso voy descubriendo mientras atravieso el largo corredor camino a la puerta de entrada, se encuentran completamente bañadas por el rocío de la noche. Los rezagos que dejó la lluvia se sienten también; aquella lluvia lánguida que cual doncella bailarina, danzó sin cesar durante la tarde, entre hojas, ladrillos, tejas, caminos, charcos, edificios, personas y aves. Algunos mirlos que ahora cantan, esos mismos que durante la tarde resguardaron sus cuerpos entre árboles, inmóviles, como estatuas. Iniciaron sus horas de sosiego, mientras escuchaban el goteo de la lluvia, al son de un ritmo incesante, plic, plac, plic, plac, o quizás un pitter patter..., las gotas caían con la brisa suave mientras arriba, los nubarrones entre sollozos, soltaban a los pocos, lágrimas de nostalgia algunas, melancólicas otras, lágrimas alegres y unas cuantas desoladoras, muchas de ellas caían burbujeando entre charcos que abrían caminos de agua en medio de callejuelas adoquinadas. Ahora, pasada la media noche, aquel mirlo amigo de al lado de casa, a lo lejos comienza su canto, pausado y taciturno, en medio del silencio inmarcesible de la oscuridad brillante.
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