“Desnuda eres tan simple
como una de tus manos:
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.
Tienes líneas de luna, caminos de manzana.”
Pablo Neruda
*Luego de una noche lluviosa, donde a lo lejos comienza a aparecer un eco suave y leve aún... un sonido veraniego que entonan unas tímidas chicharras que cual concierto de percusión, poco a poco irá llegando y cada día entonarán más fuerte aquel chirrido incesante, avisando su regreso y con ellas el verano y su infernal calor. Y mejor no hablo más de ello, porque no lo quiero invocar todavía... por ahora a disfrutar de días apacibles con un tiempo llevadero y tranquilo para una mujer de montañas andinas de dos mil seiscientos metros de altura, donde el soroche no hace mella y al contrario, como efecto inverso; su oxígeno... sobretodo el de las madrugadas frías y húmedas por el rocío de las noches, revitaliza el espíritu dejando huella en el camino a un nuevo día.