PAN DE ESPIRULINA Y SUERO ·•· Día mundial del pan #WBD2023

Un alimento ancestral que vale la pena retomar, 

cada bocado deja la huella de agua fresca que un día fue mar...

 

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En medio del corre corre de los días que pasan fugazmente, llego a mi cita con el Día Mundial del Pan que aunque originalmente se celebra el 16 de octubre, yo lo comparto desde hoy para darle más tiempo por aquí. Me gusta conmemorar este día porque este es un alimento que se encuentra en todas partes del planeta y aunque últimamente lo tengo medio de lado; hoy como pretexto llego con una propuesta que hace días rondaba por mi mente..., aprovechar una espirulina que compré desde diciembre del año pasado y que creo que para este pan funcionó estupendo. 

 

La idea surgió ayer mismo, luego de una clase de cerámica ancestral en la que ando también metida (entre campo, encuentros, cerámica y claro recetas..., pasa el tiempo y aunque cocino bastante, no alcanzo a venir muy seguido por estos lares. Me cuesta prender el computador más seguido; pero bueno, lo importante es aparecer y saludar que este mes sin duda habrá más de una publicación y eso me emociona). Creo que me gusta presionarme para llegar a todo y esta cita creo que hace parte de esas fechas que hacen parte de conmemorar y recordar la importancia del pan en nuestros hogares.

 

Para el caso, no puedo dejar de mencionar ese otro equivalente de pan de nuestras tierras ancestrales y que aún hace parte de nuestra dieta por estas latitudes la deliciosa AREPA y sus variedades..., luego les traeré lo que ahora acompaña nuestras mañanas, que no es pan ni tampoco arepa, un día de estos lo compartiré.

Hoy vamos a celebrar el pan, porque nada como la magia que siempre se siente cuando se prepara pan hecho en casa.  Y que me dicen del aroma..., cuando se hace pan casero, tu casa queda aromatizada de los más deliciosos matices panaderos. Cada etapa tiene su manera, más aún si lo hacemos a mano como lo hice en este caso. Así como cada pan y horno su ciencia: juntar ingredientes, sentir como todo va uniéndose,    amasar  y esperar (claves para lograr que la masa llegue a un punto uniforme), amasar y esperar de nuevo, dejar levar una primera vez, luego amasar y dar forma, de nuevo un segundo levado y al horno. Cada etapa, cuando nos ponemos en modo panadero tiene su magia; claro cada tipo de pan lleva más o menos tiempo, más o menos procesos de espera..., pero en general es magia pura y bendita.   

 

Hoy llegué aprovechando aquella espirulina que me hacia ojitos hace tanto tiempo en mi alacena y que muy ilusamente pensé inicialmente que me serviría de colorante natural para un verde navideño.  La espirulina es un alga, su sabor es salado y claro el mar esta condensado en cada partícula que la contiene (claro que también se puede encontrar en lagos con ciertas características que permiten su propagación cuando están en equilibrio perfecto entre alcalinidad y salinidad). Por lo tanto aquella idea de colorante no me funcionó. Pero para este pan, sí que funciona y queda demasiado bueno.

Se dice que fue una fuente de alimento para los aztecas que la denominaron tecuitlatl, que significa excremento de las rocas. Se dice según un cronista, que realizaban unas tortas con ellas.

 

Estos panecillos llevan harina de trigo tradicional, otro tanto de fuerza y otro tanto de sémola de trigo. Llevan agua tibia y también he puesto leche cortada (me gusta guardar la leche en bolsa que a veces muy de vez en cuando utilizo; suele volverse leche cortada), la guardo para luego aprovecharla en amasijos porque sencillamente le otorga a las masas un sabor y aroma únicos, sencillamente quedan de otro nivel y también lleva una cucharada de masa madre que para el caso se puede obviar, la tenia activada y dije, vamos a ponerle un poco que siempre le cae bien.

Aunque son panes levados a partir de fermento seco, no suelo sacar panes rápidos, me gusta darles bastante espera, dejar que crezcan varias veces, para bien de mi digestión y también creo que quedan mucho mejores en cuanto a miga, textura y sabor. 

De la forma, ando con espirales por todos lados en mi mente y los traigo de las cerámicas a los panes, me parecen que decoran lindo, hacen un contraste especial y resultan sencillos de realizar. Dividí una pequeña parte de la masa para dejarla sin espirulina, con la que quise decorar a manera de cintas en espiral este pan, simbolizar un poco esa idea ancestral  de aquello que esta arriba (me tiene maravillada el reencuentro que mi ser pide por conocer las cerámicas ancestrales de nuestra América precolombina, no puedo evitar fusionar de alguna manera una cosa con otra, mi mente cavila y cavila y yo feliz entre barro y sabores, pienso en estas maneras de entrelazar oficios y mi mente y ser se regocijan). Un pan especial, un resultado estupendo; ha salido recién del horno y aunque anoche tome fotos, sencillamente, nada como la luz del día. 

En cuanto al sabor, para quienes nunca antes habíamos probado la espirulina, confieso que inicialmente parece algo extraño porque no es un sabor común; luego al sentir su miga y sabor y nuestro cerebro procesarlo todo, con ese increíble aroma y todos los matices que contiene..., quieres seguir por más panecillos, una autentica delicia. 

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Tiempos}

Preparación: 10 min + levados y amasados 5 horas | Horneado: 20 min [horno a gas]

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Ingredientes:

PAN DE ESPIRULINA 

[Rinde 950gr.aprox / 12 panes] 

Ingredientes:

- 370 gr harina de trigo

- 80 gr harina de fuerza

- 50 gr sémola de trigo duro

- 8 gr de sal

- 20 gr azúcar

- 10 gr levadura seca

- 200 ml agua tibia

- 130 ml leche cortada o suero

- 35 gr manteca de cerdo

- 2 cucharaditas grandes de espirulina (12gr)

+ 1 cucharada de masa madre activa(opcional)*

+ semillas de ajonjolí

+ leche para barnizar

 

Nota: Quise realizar la receta con manteca de cerdo que no es industrial, claro se podrá también sustituir por ghee o mantequilla. Y en caso de no tener suero, usar leche. Para quienes usan levadura fresca utilizar 25 gr. 

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«PREPARACIÓN»

PAN DE ESPIRULINA Y SUERO 

1. En un cuenco poner las harinas, sal, azúcar y levadura. Mezclar un poco.  

2. Adicionar agua, el suero de leche y la masa madre activa (en caso de ponerla). 

3. Juntar todos los ingredientes primero con ayuda de una cuchara, luego con las manos, hasta tener una masa homogénea. 

4. Adicionar la manteca de cerdo (al inicio se perderá la consistencia que teníamos), hay que seguir amasando por unos 10 minutos, dar algunos golpes a la masa sobre la mesada.

5. Separar unos 400 gr. de masa y reservar. Al restante 540 gr. adicionar la espirulina y amasar hasta tener una masa completamente uniforme por unos 10 minutos. 

6. Dejar descansar 20 minutos y volver a amasar. Dejar descansar.

7. Al cabo de 40 minutos amasar de nuevo. 

8. Dejar levar por 90 minutos más o hasta que la masa duplique su volumen. 

9. De la masa de espirulina, separar bolitas de 50 gr. De la masa blanca separar porciones de 20 gr. Tendremos el mismo numero de bolitas verdes y blancas. Reservar el restante de masa blanca para decorar luego. 

10. PARA DAR FORMA: 

• Extender cada bolita de masa verde hasta aplanar un poco, extender también la pequeña porción de masa blanca. 

• Sobreponerla de manera que quede un disco de masa blanca sobre la de espirulina.   

• Cerrar como si fuera un sobre varias veces hasta cerrar bien. 

• Bolear hasta tener una bolita. Repetir este proceso con el restante de porciones que tenemos (en mi caso 11 panes). 

• Con la masa blanca que sobró, extender bien y formar tiras que servirán para decorar los panes haciendo una espiral. Repetir el proceso con todos. La masa que sobre la volveremos un pan. * 

• Calentar el horno a máxima potencia (250°C)

• una vez decorados los panes, pincelar con leche. Dejar crecer por 30 minutos. 

• Hornear con vapor los primeros 10 minutos a 250°C, luego bajar la temperatura a 180°C por 10 minutos más. 

• Enfriar en rejilla

::::PROCESO FOTOGRÁFICO:::::

 

 

*la masa sobrante de cintas blancas, la he vuelto un pan más :) 

NOTAS 

• Se pueden congelar estos panes entre sacos herméticos. 

• Es un pan que al salir del horno parece un poco duro, luego cuando se enfría queda tierno y su aroma es única, así como su sabor.   

• Ideal para acompañar bocados de sal e incluso creo que también quedaría muy bien con alguna mermelada. 

• El sabor en boca es tan diferente, es como si te comieras un alga esponjosa y la huella final es de una frescura en boca maravillosa. 

 

  disfrutar. 

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Gracias por pasar por éste rincón,

lleno de poesía de sabores, de sentimiento,

de pensamientos; que para muchos

son recetas conocidas,

para otros descubrimientos completos,

y para otros tantos, recuerdos de la infancia o

remembranzas de algún instante especial

y para mí son todas estas y muchas más..,

entre nuevos retos que día a día me llevan a explorar

dotes que desconocía y que enriquecen mi alma, cuerpo y ser. 

Agradezco cada comentario y estaré atenta a las dudas que se presenten

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