La naranja
Wendy Cope
El recuerdo de un vasito de jugo de naranja en leche (que nunca supe, como sería, para que no se viera cortado), que una extraña y bella mujer una vez nos brindo cuando fuimos a ver el que sería el primer apartamento de mi tía E. Fue un descubrimiento feliz, único e inolvidable. La sensación cremosa y dulce con ese delicioso sabor; me dejó un pequeño bigote dibujado en la boca de una pequeña que alucinó aquel día con ese contraste de sabores prohibidos.
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Hoy estaría cumpliendo 91 años mi querida abuela Margot, hace nada nos dejaste, y siempre viajas en cada pensamiento de mis días. Te llevo conmigo abuela, muy seguramente estarás feliz de vernos seguir, con tu mirada alegre, con todas tus inmensas enseñanzas. Me siento muy afortunada de tu crianza para conmigo. Guardo tus abrazos amorosos, cálidos, reconfortantes. Tus dichos, tu aroma, tu voz. Hago este paréntesis porque quiero dejar acá también un mensaje para ti. Porque sé lo que amabas las frutas y las verduras. Gracias a ti, finalmente es que tengo el gusto y apetito por la comida (así como todas esas otras cosas que tú y mi abuelo, nos enseñaron), por aprender contigo a cocinar, por aprender a disfrutar desde chiquita de tus delicias, por despertar en mí los sabores y mostrarme que la cocina es amor y entrega, que los cuidados de una abuela como tú, nunca se olvidan. Tus manos de trabajo las guardo porque siempre las admiré, así como admiré tu ser, tu fortaleza, tu luz, tu fe, tu verraquera. El abuelo te extraña un montón, todos aún más..., hoy este postre también me lleva a la infancia y a tu amor, amor que impregnaste en mí ser. Gracias abuela por tanto, tanto cariño, mi querer, mi prenda, mi amor. Quizás el abuelo pronto se reúna contigo, y la ausencia ya la dibujamos en nuestros días...
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La receta es bien sencilla, es más..., para salir de apuros puede ser una alternativa ideal en días donde queremos dar un postre fresquito, rico, con intenso sabor a naranja y que rinde mucho. Cada porción en vasitos individuales es ideal. Aprovecho para disfrutar de unos vasitos que hice en mi otro proyecto de cerámica, fue un error porque se fue a hornear en una temperatura superior a la que requería aquel tipo de pasta cerámica. Quedó rústico, parece un pocillo de piedra y bueno..., a veces los errores nos pueden sorprender y hasta hacer desear proyectar unos cuantos de nuevo.
Hoy es día de #Homenaje Blog organizado por Estela y Elvira. Y el blog para homenajear en noviembre es La Rosa Dulce, un blog lleno de delicias para todos los gustos y métodos. Esta vez, me decante por hacer una mousse de Naranja porque sencillamente el recuerdo por aquel sabor de naranja cremoso quise traerlo a mi boca. Últimante mi mente viaja a la infancia para intentar atesorar y recordar recuerdos con los abuelos, para traerlos a esta memoria de ahora y revivirlos y sentir alegría por tanto cariño.
Debo decir que la versión original es sin lactosa y con una alternativa al dulce. Yo no tengo ninguna restricción, por lo que decidí hacerla con yogur natural y con un poco menos de azúcar (como suelo hacer siempre). También hice un merengue italiano en lugar del tradicional; ese merengue me gusta mucho. El resultado literalmente me ha llevado a aquel recuerdo de infancia. El señor Mr.G ha dicho que parece una nube de naranja, no queda nada empalagoso, es sutil, suave, cremoso, con intenso sabor a naranja..., una oda a los postres de cuchara de esos que una nunca suele hacer y que son tan sencillos y maravillosos.
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MOUSSE DE NARANJA
1. Hidratar bien la gelatina en la mitad del jugo de naranja y reservar.
2. La otra parte de jugo llevarla al fuego y una vez tome hervor. Apagar y verter la parte que tiene gelatina. Diluir bien.
3. Adicionar el yogur natural a la mezcla de jugo, remover bien. Adicionar la ralladura de 1 naranja, mezclar bien y reservar.
4. Aparte preparamos el almíbar: en un cazo pequeño diluir el azúcar con el agua y dejar que llegue a 115°C. Una vez toma esa temperatura o punto bolita que llaman, apagar.
5. Batir las claras y comenzar a verter en forma de hilo el almíbar de azúcar que hicimos. Batir muy bien las claras hasta que el cuenco este frío.
6. Mezclar la mitad de las claras a la mezcla de gelatina y remover bien, luego terminar de pasar esa mezcla al resto de claras y con ayuda de una espátula integrar todo.
7. Verter la mezcla en vasitos individuales, poner un poco de ralladura de naranja, cubrir con papel aluminio y llevar a refrigerar por una noche o unas cuantas horas.
:::NOTA ANEXA:::
Luego de realizar este postre por segunda vez, hice ciertas modificaciones que vale la pena comentarlas: decir que tanto la v1. como la v2. me gustaron un montón. Solo que, en la versión 2 puse la ralladura de casi 2 naranjas entre el almíbar para preparar luego el merengue italiano y que claramente el sabor de la naranja y sus aceites salieron a relucir en el almíbar.
De ambas formas ha quedado muy bueno; sin embargo me ha gustado mucho el otro nivel al que se llega con el aroma de la naranja en el almíbar. Bien se puede poner también una parte cruda al final y eso ya exaltará todos los perfumes tanto en modo natural, como el perfume y sabor que se logra en el merengue. Cositas que vale la pena decir. Un beso...
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Buenos días, mi Nati bonita.
ResponderBorrarCuántos sentimientos del tirón, así, sin previa aviso, aunque algo removió en mi, mi alma cuando leí las primeras líneas de esa preciosa cita que ilustra tu entrada, por cierto, y al hilo, me dejas con ganas de más, de saber, de leer, seguro hasta la última línea, leña última palabra, el punto y final, de una historia, que sin lugar a dudas, promete ser de las que me gustan.
Tu abuela se sentiría orgullosa, y seguro que lo estaban una familia grande y unida, es al fin y al cabo por lo que un decide formar una vida en común, con la persona amada, en su caso, tu abuelo, que por edad está mas cerca de reencontrarse con ella, pero ahora, no pienses en eso, piensa y disfruta de cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo que podáis disfrutar de su persona, y es que al fin y al cabo, es eso lo que queda en nuestra memoria, un puñado de bonitos recuerdos, que nos reconfortan, cuando ya no están.
Tu pocillo, se ve maravilloso, sin pode de deleitarme en esta riquísima mousse de naranja, no pude evitar caer rendida, y locamente enamorada de esa pieza, me conoces y sabes que adoro todo lo que haces, y esa taza, con sus imperfecciones, es única, una belleza que bien hace en lucirla como un auténtico tesoro, salido de tus manos.
Besos y sé feliz, en el cielo hay una estrella que te cuida.
Una receta llena de añoranza y de sabor, ideal de postre después de una copiosa comida.Felicidades.
ResponderBorrarHola Nati, me ha encantado leer la entrada de la receta. Nada puede llenarme más que disfrutar de lo más sencillo, de lo cotidiano y de hacer grandes las pequeñas cocas de la vida. Qué feliz compartiendo una naranja ¿verdad?
ResponderBorrarMe llevo un vasito que con esto me has hecho feliz.¡ Un beso!!!
¡¡Hola Nati!! Siento muchísimo lo de tu abuela, ya sabemos que es ley de vida, pero cuesta. Ya ha cumplido su ciclo vital, afortunadamente ha conseguido una bonita familia, algo muy bello, unida y feliz de teneros, de teneros también unos a otros como familia. Descanse en paz. Lo siento también por tu abuelo, pues es cierto que cuando una pareja está tan unida y ya son mayores, sienten mucho más esa pérdida, y no suelen tardar en hacerse compañía. Que sea lo mejor para todos.
ResponderBorrarY bueno, aún así, hoy le has puesto un puntito dulce a la vida, pues es así, con sus momentos
ácidos y sus momentos dulces. En este caso, has mezclado los cítricos con el yogur consiguiendo un riquísimo postre, como si fuera una nube, obteniendo un sabor delicioso.
Y tu taza, que ha quedado divina, dices que es un defecto, pero es precioso, me encanta ese aspecto rústico que tiene, como si tuviera años de vida, como si hubiese estado en una cocina durante décadas, escuchando el día a día de sus dueños. Una belleza. Besitos.
Hola Nati no sé que me gusta más, si la mousse que me encanta o la taza que me parece preciosa y además es única, dos obras de arte que han salido de tus manos y que juntas son una delicia para el paladar y la vista, me encantan.
ResponderBorrarBesos
Siempre he hecho la mousse de limón , esta de naranja tiene que estar de vicio
ResponderBorrarQué bonito Natalia, me ha encantado leerte, yo perdí a mi madre hace un año y al ver lo que cuentas me ha recordado tantas cosas...lo siento mucho, pero ha dejado en ti una huella para siempre tan maravillosa que eso es lo que cuenta.
ResponderBorrarTu mousse de naranja te ha quedado tan bueno, y mira casi noto ese sabor tan bien descrito.
Tu taza no me puede gustar más. Felicidades. Besos
Queda precioso este postre en esas tacitas tan monas. Buena elección. Besitos
ResponderBorrarOh pues lo haré ❤️❤️❤️
ResponderBorrarMe acaba de traer mi yerno un montón de naranjas y algunas van a ser para esto!!vaya pinta! Un besazo compi
ResponderBorrarNati, la mousse debe ser una pasada de rica, pero ese vasito de cerámica hecho por ti.....estoy completamente in love!! te lo compro ya!!
ResponderBorrarEsta mousse tiene una textura genial y tiene que oler y el sabor que me imagino muy agradable, felicidades
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