"Nuestra vida es como este strudel: relleno fresco, dulce y nutritivo, delicado al enroscarse porque se rompe con mirarlo y cuando está en el horno, ese relleno tan especial se escapa por todos lados inundando de jugosidad todos los rincones del recipiente"
Maite Martín
El fin de semana pasado una película me dejó con una banda sonora que me ha acompañado desde que la vi. No se si les pasa, pero cuando una película te toca tanto, terminas intentando sentir un poco algo de esa linda y bella manera de ver las cosas simples, el poder llegar a contemplar cada segundo de esta vida y sus regalos. Y es que la banda sonora y varias de sus canciones ya las tenía en mis listas, soy una melómana que suele formar carpetas que para mis jornadas y días va buscando la melodía perfecta para el día, el clima, el ánimo, la contemplación, el trabajo..., aquella película es un bálsamo para los seres sensibles, ha sido también un poco un dulce encuentro de esos que te flechan y te identifican.
Hoy regreso luego de un mes y es que los primeros 12 días de abril me he sumergido en el campo, hemos ido a esa casita a la que solemos ir para perdernos entre el bosque, el campo, el olor a leña, cocina en ollas de hierro forjado, caminatas entre bosques y senderos que nos dejan el espíritu cargado de energía, contemplación de atardeceres, fogatas, cielos nocturnos estrellados, amaneres nublados, tardes de lluvia y relámpagos, tardes de sol y luz, perros que son parte de esa experiencia, que se vuelven compañía y que al final de la experiencia se extrañan..., el amor de tu vida compartiendo contigo siempre, ese que es complice, ese que camina contigo, ese que sonríe y comparte cada ocurrencia. Pues sí, estos primeros días de mes han sido Días perfectos, y así como la película que lleva ese nombre y que recomiendo por completo, es analogía perfecta al sentimiento de esos días e instantes que nos vuelven más sensibles y conscientes, ante esos pequeños y mágicos momentos de la vida.
Una vida análoga, de campo hoy en día es casi imposible de contemplar ante el modo de vida consumista y capitalista que el sistema impone, una vida en silencio donde hablen más las maneras de actuar que el bochinche y ruido superficial es lo que también nos hace un poco reflexionar, entre muchos otros ámbitos.
La película dirigida por Wim Wenders, retrata la cotidianidad de un hombre que trabaja limpiando baños públicos en Tokio. Que además debo decir que con W.W. es un placer conocer ciudades en el cine, porque Lisboa y sus fados también están allí en mi memoria. Y vuelvo a la película: en pocas palabras, me conmueve lo bonito de retratar esos días y rutinas de un hombre sencillo, la dignidad de un trabajo como muchos otros que es llevado y realizado con todo el cuidado. El amor por las cosas simples que la verdad son las que nos permiten enfocarnos en el Ser y no en el tener. En un mundo lleno de banalidad, esta película con su maravillosa banda sonora nos hace verla también como un personaje implícito y demasiado importante en el hilo del relato y la secuencia de imágenes y rutinas. Encuentros que también están allí, inesperados, pocos diálogos, interesantes y grandes momentos de contemplación, luces, sueños, imágenes, siluetas, los sentidos siempre están allí intentando despertar emociones entre los televidentes; y llego a decir que alcanzamos a percibir el olor del bosque, el movimiento de las copas de los arboles, la luz de un atardecer tocando nuestro cuerpo, la música que nos envuelve entre sentimientos de satisfacción de gratitud, de tristeza, de felicidad, la música que siempre esta ahí acompañando soledades, que muchos juzgan y quizás perciben como algo malo, sin entender que muchas de esas soledades son elecciones que se acompañan con el gusto por convivirlas y sentirlas libres y felices. El amor por las cosas análogas, por las miradas a los ojos, esas que hablan más que mil palabras, ...por los abrazos sinceros, por las sombras que muchas veces unos creen que oscurecen más al transponerlas unas sobre otras..., quizás sí. Pero también, para verlas al lado siempre habrá luz y ese contraste es la vida misma.
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Hoy traigo un dulce de todo mi gusto, con una receta que me llevó tiempo, no por difícil, más bien, porque en ese día estuve con la cabeza medio en otro mundo..., la receta es más bien sencilla si nos enfocamos en ella; pero eso es otra historia para otro momento. Hoy llego inspirada en una mujer que es un verdadero placer de leer, traigo una receta de muchas que vi, que quise hacer, que demoré en escoger porque debo decir que antes que la receta, sus relatos me cautivaron, me sobrecogieron, me acercaron a ella, a su vida, a sus instantes de luz, de tristezas y de alegrías, de autenticidad en su manera de ser, leo una personalidad fuerte, que siempre te dice las cosas de frente y eso me parece de lo más bonito. Hoy traigo un Strudel de las abuelas, en honor a la tierra que hace muchos años la acoge Austria. He leído tantos relatos de sus recetas que me han a cercado un poquito a su vida, gracias por tu sinceridad y autenticidad y claro por tus dones compartidos con muchas amigas que tienen en sus blogs tu huella.
Para el #Homenaje Blog organizado por Estela y Elvira. Este mes ha caído una cocina especial: Hierbas y Especias, comandado por Maite Martín. Un lugar lleno de historias y recetas fascinantes. Me encanta adentrarme en cocinas del mundo, pues bien, luego de muchas que dejé en esa lista que todas las que tenemos amor por la cocina, tenemos en algún lugar.... Su Omas Topfenstrudel de las abuelas me flechó.
De la receta, hice algunos pequeños cambios, intenté ser lo más fiel posible a ella. Algo que me llamó poderosamente la atención es que en varios de los strudel de dulce que tiene Maite, llevan algo de pudín o flan de vainilla, esto le da un toque maravilloso y especial a la textura y sabor de la receta. Elegí el de requesón y el de las abuelas porque como bien dice ella en su entrada, hay que tener ciertos cuidados, quizá porque es un reto, por ser un relleno semilíquido, la cosa se extiende y hay que ser más bien ágiles a la hora de cerrar y formar. Tener mimo y cumplir sus consejos.
La masa filo la quise hacer en casa, porque primero hace mucho que no la preparaba (estaba con saudade de realizar este tipo de masas) y segundo, en esta ciudad sencillamente la masa filo no la conocen (aunque parezca mentira, vivo en una tierra donde la masa de hojaldre es la reina). Quería volver a recordar lo que es elaborar esta masa que no es nada difícil, amo su textura crujiente, seguí los pasos que realicé en este Strudel de Manzana, una Masa golpeada que me enseño por televisión la Hermana Bernarda. (No sé porque tengo en mi cuaderno otra receta, en fin hice la que tengo en el blog; pero siguiendo su técnica y comparando también cantidades con la receta de Maite acá). Ya era hora de volver a realizar esta masa.
Ahora bien, aclaro que esta vez, en medio de mi cabeza embotada, puse una harina de fuerza (vine a darme cuenta a la hora de estirarla), que me dificulto un poco extenderla al inicio, sin embargo salió; pero ojo, que la receta no la requiere, se hace con harina floja. Igual el resultado me pareció muy bueno y no se salió nada del relleno para mi suerte.
De los strudel también hay que decir que no son fotogénicos, no llaman mucho la atención porque la sorpresa está en su interior y compartiendo el gusto con Maite: en el crocantico de la cubierta. Ahora el relleno, pues que les puedo decir, si la vez pasada fui con queso, sal y tomates. Esta vez, sigo siendo una ratona feliz, un auténtico deleite.
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Tiempos}
Masa filo:10 min+ reposo Extensión de masa y relleno: 35 minutos | Horneado: 40 minutos
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Ingredientes:
STRUDEL DE REQUESÓN DE LAS ABUELAS
[Rinde 1 gran Strudel aprox.: 16 porciones]
Ingredientes:
MASA FILO
- 250 gr harina de trigo
- 20 gr aceite de oliva
- 1 cucharada de vinagre
- 95 ml agua tibia
- sal
RELLENO
- 240 gr ricota fresca
- 200 gr crema de ricota de búfala
- 170 gr yogur natural
- 50 gr mantequilla
- 3 huevos
- 120 gr azúcar
- 2 pizcas de sal
- ralladura de limón
- 1 cucharada de flan de vainilla
- 50 gr pasas
- ghee para pincelar el strudel en la cubierta
*NOTA: La receta original lleva en su totalidad queso quark.
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«PREPARACIÓN»
STRUDEL DE REQUESÓN DE LAS ABUELAS
1. Para la base: Mezclar la harina, aceite, vinagre, sal y agua tibia hasta tener una masa homogénea. Dar golpes a la masa, (se necesita golpear con fuerza la masa varias veces sobre la mesa, para que suelte bien), acá en esta otra receta un poco del paso a paso de la masa en fotos. Dejar reposar luego entre un paño por unos 40 minutos.
1.2 Extender con ayuda de un rodillo y luego con ayuda de los nudillos, extender la masa sobre un paño grande hasta tener un espesor lo más fino posible. (dejar cubierto con un paño hasta poner el relleno).
2. Para el relleno:
2.1 Encender el horno a 200°C. Montar las claras con el azúcar hasta tener un merengue y reservar.
2.2 Procesar el requesón (en mi caso ricota fresca y de búfala), mezclar bien junto al yogur griego entre un cuenco con ayuda de una espátula.
2.3 Adicionar a la crema de queso: la ralladura de limón, la cucharada de flan de vainilla, la mantequilla derretida, las uvas pasas y mezclar bien.
2.4 Agregar el merengue montado por partes a la crema de queso en movimientos envolventes.
2.5 Disponer el relleno a un lado de la masa y comenzar a envolver con ayuda del paño de tela, cerrar los bordes laterales a medida que vamos envolviendo a modo de sobre (estos pasos requieren algo de agilidad y de no pensar mucho).
2.6 Pasar el Strudel a una bandeja metálica intentando que los pliegues de cierre queden por debajo.
2.7 Pincelar la cubierta con ghee y llevar al horno previamente caliente a 200°C (en mi caso el horno es a gas).
2.8 Hornear por 40 minutos o hasta que esté ligeramente dorado.
2.9 Dejar enfriar bien y luego espolvorear azúcar pulverizada.
:::: PASO A PASO FOTOGRÁFICO ::::
Notas a tener en cuenta
- Encender el horno previamente es clave, porque según nos dice Maite, es imprescindible que la masa una vez se haya rellenado y formado el strudel, va para el horno caliente, para evitar que se explote en el horno.
- Otro punto, ponerlo en una bandeja porque puede que el relleno se salga.
- La masa filo es la que lleva esta receta, se puede claramente comprar o bien realizar, les prometo que no es tan difícil como parecería.
- El paño al disponer la masa es necesario para facilitar el enrollado y el transporte hacia la bandeja de horno previamente pasada por mantequilla que lo contendrá.
- He utilizado un lienzo grande que me ayudo por las dimensiones que tiene extender la masa.
- Lo mejor será dejar enfriar el strudel en el horno, una vez frío poner el azúcar glas; claro para los que se puedan contener ante el aroma que sale de esta delicia..., tibio debe ser también brutal. Yo lo hice en la noche y lo dejé reposar entre el horno, a la mañana siguiente fue gloria bendita.
- Para almacenar, en caso de ser pocos en casa, cortar en porciones y congelar con mimo, entre sacos herméticos. Luego será cuestión de dar un golpe de calor y listo.
En la clase de cerámica, fue visto ;) ...
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Gracias por pasar por éste rincón,
lleno de poesía de sabores, de sentimiento,
de pensamientos; que para muchos
son recetas conocidas,
para otros descubrimientos completos,
y para otros tantos, recuerdos de la infancia o
remembranzas de algún instante especial
y para mí son todas estas y muchas más..,
entre nuevos retos que día a día me llevan a explorar
dotes que desconocía y que enriquecen mi alma, cuerpo y ser.
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