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De aspecto rústico y apariencia crujiente, resultan ser tiernos, con un dorado lindo y en versión integral, vale la pena probar...

De aspecto rústico y apariencia crujiente, resultan ser tiernos, con un dorado lindo y en versión integral, vale la pena probar...
-Zanahoria por doquier, ¡zanahoria!. ¿Hace cuánto que no volvía a preparar algo horneado con esta delicia de color naranja?. El fin de semana pasado he estado por fuera de redes, desconectada y cuanto bien me hace..., disfrutando de días de bicicleta con Mr.G, días de sol, haciendo vueltas, subiendo y bajando montañas porque esta ciudad es un sube y baja, para llegar al centro tenemos que bajar mucho y luego subir para el regreso tener más subida y acá me acuerdo de mi Lu querida..., un día de esos en que salimos en bicicleta y felices bajamos muy rápido hasta nuestro punto de helados italianos que era el destino final una tarde de octubre..., para luego después de zamparnos varios helados mirar la bicicleta y lo que nos esperaba... a subir y bajar lo que nos comimos, pero así es que nos mantenemos en forma, a punta de pedal.

Continuando con la espinita de los panes, y sumergida en ese mundo estudiando técnicas y aprendiendo mucho, de acuerdo a varios artículos que he leído encontré que por sabor y sobretodo por salud es mucho mejor hacer el pan con bastante tiempo de antelación, ya que al realizar una fermentación lenta; permite que la masa tenga mucho más aire y le otorgue un sabor más intenso.
Por éstos días en los que ya llevo más de 4 meses de rutina de entrenamientos intensos para mejorar mi estado físico, nada mejor que prepararse un almuerzo delicioso y saludable. Hoy les traigo el pan pita, buscando comida especial para los entrenamientos me tope con la receta, comparé varias y saque la mía. Quedaron muy ricos y me sentí feliz porque se inflaron y salieron perfectos. Es de los panes más fáciles que hay para hacer, es muy versátil a la hora de hacer los rellenos.