“"Yo cocino lo que me gusta. Nunca cocinaré algo que no me guste. Si hay un elemento que no puedo apreciar, no lo usaré para hacer una receta. Así que solo cocino algo con los elementos que amo. El único consejo que puedo dar, con mucha humildad, es cocinar lo que amas ".”
Joël Robuchon
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Tomates, berenjenas, queso, albahaca, que más puede saber a Italia que y esta conjunción de ingredientes, colores vivos y fragancias deliciosas que invitan a seguir a la cocina.
Comienza octubre, uno de los meses que más me gustan del año y no precisamente porque en este mes tendré pastel de cumpleaños ^,^ (que no tengo idea de lo que haré); nop, sencillamente, me parece especial porque acá llega primavera; y pese a que, en mi ciudad natal generalmente esta época suele ser de lluvias y de días grises, aunque a muchos les suene loco, sí que extraño esos días y por supuesto compartir con el resto de la familia un día de esos con ellos. En esta zona es época de días cálidos, con bellos atardeceres (que siempre intento contemplar mientras las cigarras llegan de nuevo para avisar que viene el calor...), y yo que vivo con las estaciones medio cruzadas pues andaré en modo otoño dentro de una primavera larga...
Recuerdo que la primera vez que comí berenjenas, fueron asadas en una lasaña de vegetales, muy rica por cierto, aquella vez la textura carnosa de esta verdura me sorprendió, la asocié con el sabor de algún tipo de seta por tener esa textura carnuda así que para mí puede llegar a compararse con carne vegetariana por esa rica textura y sabor y aunque esta receta lleva carne, se puede suplir por tomates y resultar igual de rica.
Uno de mis primeros menús en casa, las papas en esta época siempre estaban presentes y por supuesto aún las verduras siguen siendo importantes, me encanta este plato con todas sus texturas...
