Brillos, luces, frutas, momentos, pasteles, cumpleaños, muchas cosas pasan por mi mente en este momento, días intensos y llenos de actividad, el reloj va pasando y yo corriendo unas horas antes de salir y dar la luz a esta entrada.
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Brillos, luces, frutas, momentos, pasteles, cumpleaños, muchas cosas pasan por mi mente en este momento, días intensos y llenos de actividad, el reloj va pasando y yo corriendo unas horas antes de salir y dar la luz a esta entrada.
Un día de frío el de ayer, día en el que escribí esta receta. Día de la madre por estas latitudes del globo terráqueo, madres brasileras emperifolladas y sonrientes, ¿...y cómo no? en su día. Desde el pequeño escritorio donde tengo mi estudio con libros de diseño y de cocina, con alguna que otra caja (porque estando de paso..., las cajas siempre harán parte de..., incluso sin estarlo). Me encontré con mamá quien a más de 4.500 kilómetros de distancia que nos separan; ella en Colombia... también se vestía de alegría en su día.
Andar
sin llegar a nada
hasta convertirse en camino
Y el tiempo va volando, ya a mitad de julio. Feliz viernes para ti que entras a endulzar y a dedicar un rato de tu valioso tiempo en mi cocina. Hoy llego con una receta dulce, de aspecto rústico y suaves aromas de aquellas que te recuerdan la cocina de las abuelas, sabores sencillos y humildes, de esos que tanto amo.